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                                 Un adiós al conde ácrata Quico Rivas

El día seis de este mes, cerca de un centenar de personas pudieron asistir y participar en la Neilson Gallery, Grazalema (Cádiz), con motivo de un acto en memoria a Quico Rivas, fallecido el primero de junio, a los 55 años de edad. Me siento honrada de haber podido acompañarles en este homenaje a Quico, vecino mío cuyo halo de conocimiento y experiencia que desprende aquel que ha vivido mucho e intensamente me imponía, pero quien, desde el momento de conocernos, ha estado dispuesto a transmitirme esas sabidurías, con nuestras puntuales conversaciones sobre arte o periodismo. Tampoco han faltado las ocasiones más casuales en las que bajaba a mi casa con un plato de exquisito mojama para compartir con mi familia, o en las que yo subía para intercambiar con él música y aprovechar la variadísima colección de discos que guardaba Quico justo encima de nuestro hogar.

La exposición Honor a Quico Rivas es un homenaje a un personaje multifacético, que se movió principalmente por el ámbito artístico, como crítico reconocidísimo y artista ocasional. Su presencia en la Movida madrileña lo convirtió en uno de los principales agitadores culturales del fenómeno. El entorno familiar (perteneciente a la nobleza española; precisamente Quico poseía el ostentoso título de Conde de Salceda) contrasta con su vinculación a los movimientos anarquistas-insurrectos de un hombre que en una entrevista reciente parafraseó una de las consignas de Los Refractarios: “Ante el eclipse de la lucha de clases, muchas clases de lucha” (ABC Sevilla 25-5-2008). Ha sido director de El Refractor, editor de La Infiltración, y afiliado y colaborador perpetuo de la CNT desde 1976. Sus labores periodísticas también le llevaron a colaborar con El País Semanal y a ejercer de director de El Plante. Desde adolescente, nunca ha parado de trabajar ni de remover proyectos, ideas, aventuras. Ni siquiera en sus últimos años de vida dejó de hacerlo: precisamente estaba preparando la exposición de Reina Sofía “Los fantasmas de Madrid”, que se expondrá el año próximo y que recoge la obra de la “Nueva Figuración Madrileña”.

Todas estas andanzas –fructíferas como ningunas- se han querido abarcar con la iniciativa del camarada ZRZ -y la voluntad de la Neilson Gallery- de reunir las aportaciones de numerosos amigos y familiares del mucho querido Quico Rivas. Ideada como una exposición de pinturas, documentos escritos, fotografías, esculturas, música y videos, en la celebración la presencia de Quico Rivas se respiraba por todas las salas de la galería. Una de ellas, la “Sala Roja” pudo hospedar una sección importante de la colección, muy vinculada con los organizadores del evento. Es hogar del “Archivo Q”, un intento de juntar obras de Quico, para lo cual colaboran Zarza y Franciso Lira (dueño de la Carbonería de Sevilla, muchas veces centro de reunión de la CNT), entre otros. Esparcidos estaban remanencias de la labor reivindicativa del homenajeado, como es su participación en BasurArte, en solidaridad con los basureros de Tomares (Sevilla) o su discurso en Copilandia, también en Sevilla, contra la propiedad intelectual. En las paredes rojizas se camuflaban los tonos roji-negros de varios ejemplares de El refractor y La Infiltración; carteles y documentos con citas de Malevitch, Breton, Bakunin y luciendo títulos tipo “Los Borbones en Pelota” o “Más elogios a Guy Debord”; como también papeles variopintos que recogían parte de las exposiciones en las que Quico ha participado, que fueron numerosas y brillantes, casi siempre en circuitos no comerciales.

Parte de las obras de esas exposiciones pudieron admirar los asistentes al homenaje, que habían venido dediversos puntos de toda la Península (Asturias, Extremadura, Madrid, Sevilla, Barcelona…). Obras que comprendían desde sus primeros pasos en el mundo del arte -con la co-fundación de Equipo Múltiple con tan sólo 16 años-, hasta obras realizadas en sus últimos años de vida, que pasó en un estado de cuasi-descanso, inmerso en la naturaleza de la Sierra de Grazalema (donde él y su familia pasaron muchas vacaciones de su infancia). Los títulos de estas últimas series hablan por sí solas: Opio, Before the Poison, Bizzare…

Pero el primer cuadro con el que se encuentra el que se sumerge en este pequeño mundo de “quicos” pertenece a su serie Teoría General del Beso. Una mancha rosa sobre papel blanco intuye un beso de Quico y da la bienvenida a todo el que toma la afortunada decisión de entrar en la Neilson Gallery. Pasada la puerta de entrada, el visitante se encuentra con una serie de obras de familiares y amigos que, llenos de afecto, responden a ese beso. Eran muchos sus admiradores. Aquí vemos la obra del artista Pablo Quejido –Quico Rivas fue su padrino- titulado Ladrón de Flores, en recuerdo a la costumbre que Quico había tomado en sus últimos años de recolectar flores en sus regulares paseos por la Rivera de Grazalema. Vinculado a este recién cultivado cariño por la vida del campo están las obras de mi familia, vecina a Quico en la Sierra, con el que en los cinco años que vivió allí creamos una estrecha amistad. Padre e hijo sintieron también la necesidad de exponer algún monumento a nuestro vecino y amigo. Más besos de artistas de la talla de Campano, Chema Cobo, Blancafort… La mirada de un Quico joven retratado por Manolo Quejido que alumbra el meteorito anaranjado translúcido de Alonso Gil…

Nos adentramos en la sala repleta de bellas memorias y nos encontramos con una destacada selección de fotografías, la mayoría en blanco y negro. Impresionan: es retratado acompañado (con Andy Warhol, con la poetisa Rosa Chacel) o sólo (como el retrato hecho por Carlos García Alix, quien le fotografió medio inmerso en misteriosas sombras). El visitante de la exposición también tiene la oportunidad de dejar una parte de Quico en “La cápsula del tiempo”, un gran barril metálico de uso libre para cualquier persona que quiera introducir en ella algún recuerdo… y no verlo nunca más, puesto que esta cápsula será enterrada en un lugar secreto.

El “enterramiento de la Cápsula del Tiempo” era una de las varias actividades citadas en la invitación a la exposición. Junto a ella estaba la “Voladura Interestalar de las cenizas de Víctor Nero”, una empresa que pretendía hacer estallar una bomba Orsini cuidadosamente confeccionada para el evento, y de paso cumplir el deseo de Quico de esparcir sus cenizas –o parte de ellas- sobre Grazalema. Este acto un tanto travieso finalmente no pudo llevarse a cabo, pero esto no inhibió en absoluto el ritmo ameno y simpático que reinó el evento, en el que no faltaron las botellas de tinto luciendo las siglas de CNT, y que fueron muy bien recibidas por parte de los asistentes… Finalmente pasamos del vino anarcosindicalista al bar del pueblo, donde la gente, al pasar por aquel collage larguísimo de mesas pegadas, se preguntaba dónde estaban los recién casados. Tras una rica comida, los invitados fuimos llenando los pocos bares de Grazalema con un espíritu alegre y con muchas ganas de seguir viviendo, luchando, creando, como nunca paró de vivir, luchar y crear Quico Rivas…

El lector de este artículo también puede visitar la exposición, y todas las obras que he descrito aquí, como las muchas más que no he podido. Quizás puede dejar un recuerdo en la Cápsula, o simplemente curiosear y disfrutar. La colección estará en la Neilson Gallery hasta finales de octubre. El próximo año también se podrá visitar en Sevilla y posteriormente en Madrid, lugares donde se irán sumando aún más artistas que tuvieron la gran suerte de recibir el aliento del inquieto y grandioso Quico Rivas.


                                                                                                                                                    Ursula Neilson 07/09/ 2008
 

 


Neilson Gallery - C/Dr Mateos Gago 50-54, 11610 Grazalema, Cádiz, España. -   Tlf.: (+34) 956 132 451 /  678 244 077